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Dios no creó la muerte

January 28, 2025

Reflexión para el XIII Domingo del Tiempo Ordinario, Año B.  Las lecturas son Sabiduría 1,13-15. 2,23-24; Salmo 30; II Corintios 8,7.9,13-15 y Marcos 5, 21-43. La escribí originalmente en ingles, el 28 de Junio,  2015.

“Dios no creó la muerte.” 

Es todo lo que podía pensar el sábado pasado.

 Estaba en Polonia y el sábado pasado tuve la oportunidad de pasar el día entero en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.   Todo lo que podía pensar era “Dios no creó la muerte”.  Pero hubo mucha muerte en Auschwitz. 

 Entre 1940 y 1945, 1.2 millones de hombres, mujeres y niños fueron traídos a los campos nazis de Auschwitz y Birkenau en Polonia.    De estos, 90% fueron asesinados; 90% eran judíos.  Los traían en vagones de tren para transportar ganado.    Cuando llegaban los sacaban  a la fuerza y separaban: hombres a un lado, mujeres a otro lado.  Luego eran separados nuevamente: los que eran considerados aptos para trabajar y los que no.   Si no te consideraban apto para trabajar te enviaban inmediatamente a la cámara de gas.   75% de las personas que llegaban a Auschwitz no se quedaban ahí;   Eran enviados directamente a las cámaras de gas.   
Entre ellos, una mujer judía convertida al catolicismo  que se llamaba Edith Stein y su hermana Rosa.    Edith Stein era una monja carmelita y hoy en día la conocemos como Santa Teresa Benedicta de la Cruz.  

Del 25% que eran considerados aptos para trabajar, la estadía era en promedio 3 meses.  La causa número uno de muerte (aparte de ser gaseado), era hambre.   No tengo que decirles la crueldad, el horror, la inhumanidad que ocurrió en Auschwitz y otros campos de consentración.   No tengo necesidad de decirles la horrible inhumanidad y sufrimiento que aún existe a diario en el Medio Oriente, en Africa y muchos otros lugares —a causa de la crueldad humana.; a causa del pecado.   Pero Dios no es el autor de la muerte.  

Hubo mucha muerte en Auschwitz,   Pero Dios no creó la muerte.   Esa es la razón por la que Jesús consistentemente combatió  la enfermedad y la muerte.   Yo antes pensaba que no es posible que Jesús haya sanado a todo el mundo con quien se encontraba: Solo escuchamos estas historias en los Evangelios, pero Jesús no sanaba a todos. Pero ya no pienso así. ¡Solo escuchamos historias de personas sanadas en los Evangelios porque Jesús sanaba a todos!

Todos el que acude a Jesús y toca el borde de su manto o suplica por sus hijo enfermo recibe sanación. Todo el que se encuentra con Jesús es sanado. Pero no siempre es fácil ver la sanción y no todos son sanados físicamente.   Es porque Dios, en su sabiduría y su sorprendente majestad está trabajando para llevarnos al Cielo. Esta vida es solo una parada de descanso;   Somos peregrinos de un viaje.   Dios nos está sanando con el propósito de que tengamos vida eterna. Nosotros creemos que la muerte es consecuencia del pecado,  pero nuestra Fe también nos enseña que la muerte es la solución al pecado—porque una vez que morimos a esta vida y estamos con el Padre, no pecaremos más.   Esa es nuestra Fe.   

Aún así, caminando por Auschwitz el sábado pasado no fue fácil no cuestionar mi Fe.    Los campos de concentración de los nazis no solo mataron a 6 millones de judíos; También mataron a 7 millones de no judíos incluyendo 2 millones de católicos polacos, 3 millones de prisioneros de guerra soviéticos; 1 millón de gitanos, 200,000 personas con discapacidades y miles de personas de diversas etnias  y minorías religiosas incluyendo miles de sacerdotes y religiosos  católicos. Lo que es peor es que para muchos, lugares como Auschwitz matan a Dios, porque matan la fe.   Estando en Auschwitz hoy, es difícil no preguntarse dónde estaba Dios.

Dios no creó la muerte. Dios es el Dios que asume nuestro sufrimiento.  ¿Dónde estaba Dios en Auschwitz?  Estaba en el tren apiñado como ganado.  Estaba agarrándole la mano a una niñita mientras caminaban juntos hacia la cámara de gas. ¿Dónde estaba Dios?  Estaba en la Cruz.   Dios no creó la muerte. Dios es el Dios que asume nuestra enfermedad y nuestra muerte. El muere para que la muerte no pueda existir más. San Pablo nos dice que la muerte no tiene victoria (1 Cor 15:55) y que el último enemigo en ser destruido será la muerte (1 Cor 15:26).  Ya Jesús ganó la batalla.   La muerte ya no existe.   Jesucristo ha destruido la muerte: #elamorganó

Dios no es el autor de la muerte.   Dios es el autor de la vida.   Dios está presente en cada momento de la vida. ¿Dónde estaba Dios en Auschwitz?    Estaba allí en el pequeño acto de amabilidad;  en una sonrisa alentadora;  en una palabra fortalecedora.  Estaba allí en el pequeño pedazo de pan seco contrabandeado para que alguien pudiera comer.  Dios está presente en cada acto heroico de amor,  el menor de los cuales fue el acto final de San Maximiliano Kolbe que se ofreció para tomar el lugar de un hombre, un extraño, condenado a morir de hambre, para que él hombre tuviera la oportunidad de un dia ir a casa a estar con su esposa e hijos.   San Maximiliano Kolbe dio su vida y ese hombre si sobrevivió y volvió a su hogar a su esposa e hijos.

Dios no es el autor de la muerte. Dios es el autor de la vida y nosotros también somos llamados a ser autores de vida. En todo lo que hacemos y decimos siempre debemos dar vida. A todo aquel con quien nos encontramos debemos decir,  “talitha koum,” ¡pequeña, levántate!  Venimos a Misa para recibir al Autor de la Vida en la Eucaristía, para que  podamos salir y dar vida a otros. Al final del día cuando haces tu examen de conciencia, pregúntate dos cosas: “¿A quién le di vida hoy?” Y “¿Cómo di vida hoy día?” Estamos llamados a dar vida en todo lo que decimos y hacemos;  San Pablo le dice a los Corintios que si pueden, deben sostener la Iglesia en Jerusalén (2 Cor 8).  Esa es una forma de dar vida. La semana pasada el Papa Francisco publicó la encíclica  Laudato Si’, sobre el cuidado de nuestra casa común;  sobre el cuidado de la Creación.  Eso es dar vida. No solamente se trata de los árboles y las ballenas o sobre la protección de los lagos y la capa de ozono,  aunque eso es importante. Laudato Si’  tiene que ver con el respeto de toda la Creación.   Eso quiere decir defender y proteger toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.  Eso quiere decir proteger y defender el matrimonio y la familia.  Quiere decir trabajar por la justicia social y por la dignidad  de todos los trabajadores; Por los pobres y aquellos en las periferias. Estamos llamados a trabajar por la vida, porque Dios es el Dios de la vida.

Dios no creó la muerte. Todo lo que viene de Dios es Vida.   Hay una canción llamada “Bendiciones” (Blessings), de una cantaautora  cristiana de nombre Laura Story. La traducción a español dice:

Pedimos bendiciones, pedimos la paz.
Comodidad para la familia,
protección mientras dormimos.


Pedimos sanación, pedimos prosperidad.

Oramos que tu mano poderosa alivie nuestro sufrimiento.

Pedimos sabiduría, Tu voz, escuchar;

Lloramos de ira cuando no podemos sentirte cerca
Dudamos de tu bondad, dudamos de tu amor.

Como si cada promesa de Tu Palabra no fuera suficiente
Y todo el tiempo escuchas cada súplica desesperada
Y esperas que tengamos fe para creer.

Pero, ¿qué si tus bendiciones vienen a través de gotas de lluvia?

¿Qué si tu sanación viene a través de lágrimas?

¿Y que si mil noches sin dormir

es lo que se necesita para saber que estás cerca?

¿Y qué si las pruebas de esta vida
son tus misericordias en disfraz?

Cuando los amigos nos traicionan, cuando la oscuridad parece ganar;
Sabemos que el dolor le recuerda al corazón
que este no es nuestra hogar.

Este no es nuestro hogar porque en esta vida hay muerte y pertenecemos a Dios que no creó la muerte. Nuestro hogar es con Dios, el Autor de la Vida.


Blessings
by Laura Story

We pray for blessings, we pray for peace
Comfort for family, protection while we sleep
We pray for healing, for prosperity
We pray for Your mighty hand to ease our suffering

All the while You hear each spoken need
Yet love us way too much to give us lesser things

‘Cause what if Your blessings come through raindrops
What if Your healing comes through tears?
What if a thousand sleepless nights
Are what it takes to know You’re near?

What if trials of this life
Are Your mercies in disguise?

We pray for wisdom, Your voice to hear
We cry in anger when we cannot feel You near
We doubt Your goodness, we doubt Your love
As if every promise from Your Word is not enough

And all the while You hear each desperate plea
And long that we’d have faith to believe

‘Cause what if Your blessings come through raindrops
What if Your healing comes through tears?
And what if a thousand sleepless nights
Are what it takes to know You’re near?

And what if trials of this life
Are Your mercies in disguise?

When friends betray us, when darkness seems to win
We know that pain reminds this heart
That this is not, this is not our home
It’s not our home

‘Cause what if Your blessings come through raindrops
What if Your healing comes through tears?
And what if a thousand sleepless nights
Are what it takes to know You’re near?

What if my greatest disappointments
Or the aching of this life
Is the revealing of a greater thirst
This world can’t satisfy?

And what if trials of this life
The rain, the storms, the hardest nights
Are Your mercies in disguise?

From → Español

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