Un grano de trigo….
Esto lo escribi en el 2004.
Esta mañana nuestro hijo entró a nuestra recámara, triste porque algo que había construido se habia desarmado.
Ese niño era yo – tratando tanto de agarrarse a los momentos – tratando tanto de quedarse niño para siempre – de no tener que nunca crecer…
“Está bien” le dijo mi esposa, “Puedes arreglarlo. Puedes volverlo a construir”. “No!” dijo él, “fué muy difícil contruirlo”. Fue muy difícil.
Y asi es… tratamos tanto de descubrir quienes somos, adonde cabemos en el mundo, donde pertenecemos… tratamos de conocer las reglas – pero estas siguen cambiando – el mundo sigue cambiando – nosotros seguimos cambiando no importa cuanto tratamos de quedarnos igual.
“Padre, si quieres, aparta de mi esta prueba. Sin embargo, que no se haga mi voluntad sino la tuya.”
Mi vida ha estado llena de finales y comienzos; inviernos y primaveras: dejar mi país, ir a la universidad, buscar trabajo, casarme, tener hijos… estos hijos que contínuamente me recuerdan mis comienzos…. Estos hijos que contínuamente me recuerdan que no soy perfecto, que necesito ayuda – que necesito a Dios…
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu…”
Y cada dia, la vida está llena de pequeñas luchas: pequeños desiertos, pequeñas agonías, pequeñas crucificciones, pequeñas muertes – muertes, que son tan necesarias para hacer brotar la vida nueva.
“De cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
Y… ¿cómo le enseño esto a mis hijos? ¿Cómo puedo ayudarles a que todo sea más fácil? Cuando comienzan a sentirse cómodos, los transplantamos – nos mudamos y los enviamos a una escuela nueva. ¿Cómo puedo ayudarlos a sentirse seguros y al mismo tiempo ayudarlos a aceptar que el cambio es inevitable – que el cambio es necesario…
“Está bien”, dije, “tenías que desarmarlo para guardarlo de todas maneras.” “Pero fué difícil construirlo” dijo, ahora llorando. “Tienes que desarmarlo para construir algo nuevo” le dijo mi esposa.
Es el desarmar que duele tanto – que da tanto miedo. Y es solo ahora que comienzo a darme cuenta que yo nunca soy yo en ningún momento – sino que siempre estoy en lo eterno: siempre cambiando. Eso es lo que es dificil enseñar: que la vida es cambio, el cambio es crecer; el crecer es amor; el amor es Dios y Dios…. Dios es vida.
“Fué dificil,” decía, una y otra y otra vez, llorando mientras lo tenía en mis brazos. Eso es todo lo que podiamos hacer: ayudarlo a sentirse seguro apesar de la pequeña muerte que acababa de ocurrir. “Sí, fué dificil”, dije, “vamos a construir algo nuevo.” y con eso, una nueva vida comenzó…